Las teorías de nuestros científicos intelectuales son tan extrañas que uno se pregunta por qué la humanidad les atribuye tanta sabiduría y les tiene tanta confianza. Esto demuestra, como mínimo, que la ciencia basada en el intelectualismo es sólo el jardín de infancia de la verdadera ciencia.
Con respecto al planeta Mercurio, afirman que las temperaturas en su superficie varían desde -183 °C en el fondo de los cráteres polares (donde nunca llegan los rayos del Sol) hasta 427 °C en el punto subsolar. Y sin embargo, recientemente descubrieron evidencia de la presencia de agua en forma de hielo.
Revelación sobre la realidad del Sol por el V.M. Samael Aun Weor
“Los científicos suponen que el Sol es una bola de fuego o una nube de helio o algo por el estilo. Las personas comunes y corrientes ven al Sol como una gran hoguera, que cuanto más cerca uno está, más se expone a quemarse. No es así; si suben una montaña de cinco mil metros, verán que morirán de frío, y si, en un globo estratosférico, se elevan hasta la estratósfera, entonces morirán de frío; en los espacios interplanetarios, la temperatura alcanza los ciento veinte grados bajo cero.
Así que no es cierto que el Sol sea una bola de fuego; es un mundo extremadamente rico en minas de uranio, radio, cobalto, etc., etc., etc., y como es tan inmenso, está claro que la radiación de sus minas es muy fuerte, muy poderosa: la suma total de todas esas minas produce irradiaciones terribles, es decir, que todas las irradiaciones de las minas, toda la energía atómica que proviene de esas minas atraviesa el espacio interplanetario, y al llegar a la atmósfera terrestre, ésta descompone esas radiaciones en luz, calor, color y sonido.
Es precisamente la capa superior de la atmósfera terrestre la que se encarga de analizar y descomponer los rayos solares en luz, calor, color y sonido, pero en el espacio interplanetario hace un frío intenso que, como ya dije, llega hasta ciento veinte grados bajo cero.
Así que no es que el Sol sea una bola de fuego, como creen las personas comunes y corrientes y como suponen algunos científicos, sino que es rico en minas, y sus irradiaciones son las que se descomponen en la atmósfera de la Tierra — se transforman o se convierten en luz, calor, color y sonido —, y sus irradiaciones no sólo alcanzan al planeta Tierra, sino que llegan a todos los mundos del sistema solar, y en cada planeta de nuestro sistema ocurre lo mismo.
Hecha esta explicación, debemos quitarnos de la mente, de una vez por todas, esas ideas falsas y saber que el Sol no es una bola de fuego. Muchos astrónomos se entretienen estudiando el halo del Sol, la corona del Sol; piensan que esa corona del Sol debe ser una masa física material, una masa densa — y no es así; la corona del Sol es una especie de aurora boreal formada por la misma electricidad y magnetismo de ese astro, eso es todo.”
V.M. Samael Aun Weor
“Los colores no son los que percibe el ojo humano; estos sirven para resaltar las diferencias físicas, químicas y mineralógicas entre las rocas que componen la superficie de Mercurio.” — según la NASA.
